Radio San Sebastián: Los museos Oteiza y San Telmo publican Crónica de un fracaso: Jorge Oteiza, Felipe IV y el VIII Centenario de San Sebastián (1950)
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Los museos Oteiza y San Telmo publican Crónica de un fracaso: Jorge Oteiza, Felipe IV y el VIII Centenario de San Sebastián (1950)

El libro, escrito por el José Javier Azanza, recupera las claves del primer proyecto del escultor tras su regreso de América y revela aspectos inéditos y esenciales para comprender la evolución de la obra y el pensamiento estético de Oteiza
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Miércoles 29 de mayo de 2013
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La publicación Crónica de un fracaso: Jorge Oteiza, Felipe IV y el VIII Centenario de San Sebastian (1950) revela los detalles de en un episodio muy poco conocido de la trayectoria de Jorge Oteiza y de la historia de la ciudad.

Se trata del proyecto que el escultor, recién regresado de su estancia por Latinoamérica, realizó para el concurso convocado por el consistorio donostiarra para honrar la memoria del monarca que le otorgó el título de ciudad, dentro del contexto de la celebración de octavo centenario de la ciudad. El proyecto no se ejecutó, pero la historia de su realización contiene numerosas claves para comprender en su totalidad las ambiciones artísticas y estéticas de Oteiza tras su periplo americano.

La extensa bibliografía sobre el escultor guipuzcoano ha reseñado de forma somera su participación en el concurso nacional para la estatua de Felipe IV, convocado por el Ayuntamiento de la ciudad con motivo de la conmemoración, en 1950, del VIII Centenario de su fundación. La estatua debía erigirse en la Plaza de la Constitución, por aquel entonces del 18 de Julio.

Más allá de ese dato, apenas se contaba con información que permitiera contextualizar su intervención. Esta publicación, que forma parte de la colección “Cuadernos del Museo Oteiza” y ha sido editada con el Museo San Telmo, en colaboración con Kutxa Obra Social, recoge la investigación realizada por el historiador José Javier Azanza, que incorpora numerosa documentación inédita y referencias hemerográficas conservada en los archivos de la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza y Municipal de Donostia-San Sebastián, así como un conjunto de dibujos pertenecientes a los fondos del Museo Oteiza y que se publican por primera vez.

A este concurso, convocado en agosto de 1949 y que exigía por la primera de sus bases la colaboración de un arquitecto y un escultor, se presentaron tres proyectos: el firmado por Jorge Oteiza y el arquitecto José María Ruiz Aizpiri; el del arquitecto Eduardo Lagarde Aramburu y el escultor José Díaz Bueno; y el tercero, de Lorenzo González Iglesias y José Luis Núñez Solé, arquitecto y escultor salmantinos. Aunque el Tribunal Calificador valoró muy positivamente el proyecto de Oteiza y Ruiz Aizpiri, finalmente el concurso fue declarado desierto y no se concretó en la ejecución material del monumento, circunstancia que sin duda ha contribuido al aparente desinterés por este episodio de la biografía oteiciana. Sin embargo, el relato de la participación de Oteiza contiene claves que permiten profundizar en las preocupaciones personales y artísticas del autor tras su retorno de América, como su firme propósito de triunfar en París frente al escultor inglés Henry Moore, o la sensación de abandono cultural que experimentó en el País Vasco a su regreso.

Asimismo, permite adentrarnos en el complejo cálculo matemático y espacial que se oculta detrás de su proyecto, basado en la sección áurea, la espiral de Durero y la serie de Fibonacci, todo ello en función de las medidas de la Plaza de la Constitución. Y en su admiración incondicional hacia la figura de Diego Velázquez, en cuyo Retrato de Felipe IV de castaño y plata (1631-32, Nacional Gallery) se inspiró Oteiza para llevar a cabo mediante el modelado en bronce una interpretación contemporánea de la iconografía velazqueña del monarca filipino.

Las peculiares circunstancias que rodean este proyecto dan cuenta también de sus primeras aproximaciones al ámbito de la arquitectura y de los arquitectos, en una búsqueda no exenta de dificultades –de “calvario” la calificaba Oteiza- que inició una voluntad de síntesis interdisciplinar muy presente en las acciones posteriores del artista. Y comprobar la transformación personal experimentada en este breve período de tiempo por Oteiza, quien tras las dudas iniciales acabará convencido de la victoria final; de ahí el empleo del término “fracaso”, entendido en el sentido oteiciano de la “estimulación del fracaso” que alimenta el mito del artista.

En definitiva, la participación en el concurso monumental de San Sebastián constituye un eslabón fundamental de la cadena vital y profesional de Oteiza, que sirve de enlace entre dos momentos importantes como su retorno de América, y su vinculación al proyecto monumental de Arantzazu. En 1949, el Centenario de San Sebastián fue entendido por el artista como un verdadero trampolín hacia su triunfo profesional, una gran oportunidad para volver a hacerse un nombre en el panorama artístico nacional. De ahí la concienzuda elaboración de un proyecto en el que se encuentran presentes algunas constantes que aparecerán en posteriores actuaciones, y que marcarán su futuro devenir profesional.

José Javier Azanza López es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Navarra, Profesor Titular de dicha Universidad y miembro de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro. Ha ampliado su formación mediante estancias en diversos centros europeos y mexicanos. Su actividad investigadora se orienta hacia la catalogación y protección del patrimonio artístico; arquitectura y urbanismo de la Edad Moderna y Contemporánea; fiesta y ceremonial, arte efímero y emblemática; y escultura pública y conmemorativa. El resultado es más de un centenar de publicaciones científicas, comisariado de cinco exposiciones y edición de tres publicaciones. Miembro del Comité Consultivo de la Sociedad Española de Emblemática, del Comité Científico de la revista Imago. Revista de Emblemática y Cultura Visual, del Consejo Editorial de la revista Tvriaso, y del Comité Editorial de la revista Eikón/Imago. Vocal de la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra, y miembro del Comité Español del Historia del Arte y de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos.
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