La Real Sociedad brilló por fin en la Copa del Rey y se deshizo con facilidad (4-0) del Algeciras, que únicamente opuso resistencia hasta el primer gol de los guipuzcoanos
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Miércoles 18 de diciembre de 2013 | EFE
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El equipo de Arrasate no las tenía todas consigo a pesar del empate a uno que se trajo de Algeciras porque de sorpresas monumentales ante equipos de inferior categoría está llena la historia reciente en este torneo.
Dos avisos del suizo Seferovic, ante un conjunto andaluz ordenado en defensa y sin renunciar a dar un susto, preludiaron el gol del navarro Javi Ros, que marcó de duro disparo desde fuera de área inhabilitando la estirada del guardameta Romero.
Fue el prólogo de una noche plácida aunque todavía el Algeciras no se rindió y dio un susto extraordinario a los locales en una acción de Andújar que se fue de cuatro defensas, coló el balón por debajo de las piernas de Zubikarai, pero el poste repelió su remate.
Dos avisos del suizo Seferovic, ante un conjunto andaluz ordenado en defensa y sin renunciar a dar un susto, preludiaron el gol del navarro Javi Ros, que marcó de duro disparo desde fuera de área inhabilitando la estirada del guardameta Romero.
Fue el prólogo de una noche plácida aunque todavía el Algeciras no se rindió y dio un susto extraordinario a los locales en una acción de Andújar que se fue de cuatro defensas, coló el balón por debajo de las piernas de Zubikarai, pero el poste repelió su remate.
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Seferovic, al minuto de la reanudación, pudo poner el broche a la eliminatoria al rematar totalmente solo con la portería vacía y envió el balón por encima del larguero. El suizo parecía negado cara al gol hasta que por fin su lucha tuvo justo premio con un remate a centro de José Ángel que empalmó a la primera para colocar el 2-0.
Anoeta era ya una fiesta, se quitó los miedos y angustias pasados y disfrutó con su equipo, sobretodo cuando Griezmann, ovacionado al entrar en el campo, hizo una gran jugada personal para lograr el último gol del encuentro. Algeciras bajó los brazos y la Real jugó a gustarse y a ampliar su renta, cosa que logró con el gol de Vela en una acción colectiva local.
Anoeta era ya una fiesta, se quitó los miedos y angustias pasados y disfrutó con su equipo, sobretodo cuando Griezmann, ovacionado al entrar en el campo, hizo una gran jugada personal para lograr el último gol del encuentro. Algeciras bajó los brazos y la Real jugó a gustarse y a ampliar su renta, cosa que logró con el gol de Vela en una acción colectiva local.
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